Un rizoma

Un rizoma es un tallo subterráneo con varias yemas que crece de forma horizontal emitiendo raíces y brotes herbáceos de sus nudos. Los rizomas crecen indefinidamente, en el curso de los años mueren las partes más viejas pero cada año producen nuevos brotes, pudiendo de ese modo cubrir grandes áreas de terreno.

Subjetividad femenina. Intervención en Canal 3 (2009)

22 de noviembre de 2009, canal 3.
Helena Maldonado y Mélanie Berthaud

Resumen:

Quisiera pensar en primer lugar en lo que posibilita un debate como el nuestro hoy. Es decir: la posibilidad misma de reflexionar acerca de la subjetividad femenina. Nos parece normal hoy poderlo hacer. Sin embargo, hace cien años, era inconcebible.

Se hablaba de la identidad femenina desde un ángulo biológico. Ser mujer era un destino fijado por la anatomía.

Ese destino incluía:
· la procreación.
· “El ser madre”, el amor materno, la educación de los hijos.
· La oferta sexual para un hombre, en el marco de la institución del matrimonio, como un servicio proporcionado en este marco.

Los distintos destinos de mujeres se construyeron alrededor de esta concepción biológica. Que sea en acuerdo con este modelo o en contra, la referencia era esa.

Es interesante echar mano de la ficción, de la novela. Si bien no se puede encontrar allí una esencia de la feminidad, podemos encontrar en la literatura representaciones de la construcción de la identidad femenina.

A lo largo de la literatura occidental, aparecen figuras de mujeres que representan las “posibilidades estratégicas” de las mujeres en la ficción occidental. Se pueden enlistar distintos estados de mujeres, estados femeninos, a través de las novelas. Se observa, a través de esta lente, que las mujeres están confinadas a un papel. Siempre en referencia al abrazo o al rechazo del destino biológico de mujer.

Tenemos:
La joven que rechaza ofrecer su cuerpo. Este estado, que gira alrededor de la ausencia de acto sexual con un hombre, es representado por “La joven-niña”, “la joven que se une a la naturaleza”, “la virgen heroica”, la “mística”, las “ninfas”, las “amazonas”, las comunidades sáficas.
La mujer entregada al hombre. Serán las novelas que abordan el tema del matrimonio –feliz o infeliz- de las relaciones heterosexuales –legítimas o no, forzadas o no-, de la mujer abandonada por el hombre, de la infidelidad, la prostituta, la viuda, la hermana apoyadora.

Al contrario, hablar de subjetividad nos aleja de la concepción de la identidad femenina en términos biológicos. No se “es” mujer, se deviene, afirmó Simone de Beauvoir.

¿Y cómo se construye la identidad femenina? ¿Cuál es el lugar del lenguaje en esta construcción? Una pregunta por la subjetividad femenina involucra una reflexión sobre las implicaciones que el lenguaje tiene sobre un cuerpo sexuado.
La crítica literaria y la escritura femeninas (Virginia Woolf, Beauvoir, Flora Tristan, y hoy Hélène Cixous, entre muchas otras), por ejemplo, muy consciente que los discursos hegemónicos tienen implicaciones en el plano corporal/ familiar/social/político, busca deconstruirlos de manera irónica, paradójica o agresiva. Lo que la escritura femenina saca a la luz es una serie de estereotipos femeninos relacionados con la subjetividad femenina, la familia, el matrimonio, la maternidad y el trabajo. La escritura femenina busca ofrecer nuevas representaciones. Teoría y crítica examinan, entre otras cosas, la relación de cada sujeto con el poder, el lenguaje y el significado.

¿Qué discursos han permitido alejarse de la visión biológica y nutrir esta reflexión? Precisamente el psicoanálisis y del feminismo. Ambos nacieron en la transición del siglo 19 al siglo 20 y se puede observar que ambas corrientes de pensamiento comparten algunas peculiaridades interesantes.
1.-Ambos se han constituido como modos de cuestionamiento de los conocimientos establecidos. Se sitúan en la dimensión del pensamiento crítico.

Han modificado la manera del ser humano de percibirse a sí mismo, de manera revolucionaria. El psicoanálisis - vía el descubrimiento del inconsciente- y el feminismo -a través de la reflexión que impulsó sobre el lugar de las mujeres en la sociedad- han provocado un cambio de paradigma (Kuhn). Una revolución. ¿En qué consiste esta revolución?

Con el psicoanálisis, ya no se puede hablar de la razón y las pretensiones de igualdad, universalidad, racionalidad con sus promesas –el progreso y la felicidad- han recibido golpes sin remedio. El ser humano no puede más, después del psicoanálisis, pretender controlar las fuerzas sociales y naturales y menos aún, sus propias pulsiones.

Por otra parte, en medio siglo, la reflexión feminista ha acompañado un cambio social jamás visto en la historia de la humanidad concerniente al papel de la mujer en la sociedad. Las mujeres debían limitarse a cumplir papeles sociales y no podían soñar con la posibilidad de ejercer una profesión, de tener independencia económica y menos aún, de disponer de su propio cuerpo.

Lo anterior no significa que existan todavía en el mundo muchas millones de mujeres en grave sufrimiento, sumergidas en realidades basadas en redes discursivas que les impide tomar la palabra por sí mismas. La diferencia hoy es que existe otro discurso, existe una conciencia de género y un aparato crítico teórico que permite analizar y responder a situaciones hegemónicas. Por ejemplo, se toma en cuenta la evaluación del trato hacia las mujeres, de sus posibilidades de participación política y social, los niveles educativos a los cuales tienen acceso, entre otros, para evaluar a las llamadas sociedades democráticas, cosa que al inicio del siglo 19 era impensable.

2.- En tanto que formas de pensamiento crítico, ni el psicoanálisis ni el feminismo cobran los rasgos de un sistema cerrado. No son “sistemas de pensamiento”.

El psicoanálisis, desde Freud, presenta muchos puntos enigmáticos, contradictorios. Freud cuestionaba, se contradecía, avanzaba, retrocedía. Le daba un lugar al error.

En el psicoanálisis, se percibe que se trata de un campo en movimiento, donde opera una reflexión viva, dialéctica. Lo cual impide que se pueda hablar de alguna verdad en sí.

Por otra parte, el feminismo tampoco es un sistema cerrado, un sistema de pensamiento. El feminismo en sí no existe. Se puede hablar de los feminismos, en plural, con el fin de dar lugar a las múltiples concepciones del feminismo, incluso a veces antagónicas.

No hay comentarios:

Porte

Porte
JL

JL

JL
une plaque

Buscar este blog